Cuando se va a iniciar a cultivar, es indispensable conocer las labores que hay que hacer para tener un huerto bien cuidado.
Una de las primeras tareas que debemos tener en cuenta al momento de comenzar con nuestro huerto, es el momento de iniciar con la preparación de nuestro suelo o sustrato. El cual debe poseer una cantidad equilibrada de nutrientes entre sus componentes.
Durante la germinación de las semillas, es importante que se tomen en cuenta factores como luz, temperatura y humedad. De esta forma podremos obtener plántulas sanas en el tiempo adecuado.
Es importante que al realizar el trasplante de las plántulas, estas tengan un tamaño de entre 6 a 12 cm. Además de llevarse a cabo el trasplante en un horario matutino, así se evitará la exposición a sol directo.
Una vez que nuestras plantas se han sembrado en el lugar definitivo para su crecimiento. Es indispensable llevar a cabo la fertilización de nuestra planta. Sin embargo, esto debe ser únicamente cuando la planta lo requiera. Podemos utilizar para ello desechos de uso común como cáscaras de frutas y verduras, cascarones de huevo, pasto seco, así como la elaboración de biopreparados.
El riego debe llevarse a cabo, dependiendo la especie. Hay plantas que van requerir un riego más abundante que otras. El horario del riego debe ser en la mañana o por la tarde, ya que esto evitará que la planta se queme.
Periódicamente se debe hacer el retiro de maleza (hierba) que se encuentre en el área de cultivo, ya que de esta forma se evitará la competencia por lugar y nutrientes.
Algo muy necesario en el huerto, es llevar a cabo un control de plagas. Con esto se podrá evitar el daño total de la planta o que la plaga llegue a otras especies. Para ello se pueden utilizar bioinsecticidas elaborados de forma casera con elementos naturales. Los cuales pueden ser preventivos o de control.
Finalmente, al concluir el tiempo de crecimiento de las plantas que se cultivaron, podremos cosechar nuestras hortalizas, frutas o aromáticas y llevarlas directamente a nuestra cocina.